Barbara Bradshaw Smith

2 May 2019

Décima Presidenta General
de la Sociedad de Socorro

1974–1984

Barbara B. Smith, decima Presidenta General de la Sociedad de Socorro, dirigió a las mujeres de la Iglesia durante una época crucial de su historia. La Enmienda de Igualdad de Derechos a la Constitución de los EE. UU. que se había promulgado hacía que las mujeres se cuestionaran sus derechos, funciones y valores como madres y esposas. Pero la hermana Smith defendió el llamamiento esencial de femineidad y dirigió fielmente a las hermanas de todo el mundo para que aceptaran gozosas su propósito divino como mujeres.

“Como hermanas de la Sociedad de Socorro, las mujeres tenemos una noble herencia, un desafío actual y una visión de la grandeza que podemos alcanzar”, dijo en cierta ocasión. “Con la organización de la Sociedad de Socorro llegó el programa del Señor para Sus hijas. La piedra angular de esa obra era lograr participar plenamente en el alivio de aquellos de entre Sus hijos que estaban sufriendo. El Profeta también instruyó a las hermanas que su sociedad no era sólo para dar alivio al pobre sino para salvar almas. Ese desafío aún permanece hoy con nosotras”1.

La maternidad es esencial para el plan del Señor a fin de salvar almas y ayudar a la mujer a ser más como Él. “‘La buena vida familiar nunca es un accidente, siempre es un logro’, dijo. Esto fue tan cierto para las mujeres en el pasado como lo es para nosotras en la actualidad. Nuestra vida requiere disciplina, salir adelante sin comprometernos, convertir los preceptos en principios vivientes que nos harán más dignas”2.

La hermana Smith estaba tan convencida de la importancia de las funciones divinas de la mujer que invitó a las mujeres de la Iglesia a donar fondos para erigir el Monumento a la mujer en Nauvoo, Illinois. Del monumento terminado comentó: “Las 13 estatuas de este bello jardín están diseñadas para compartir lo que sabemos que es verdadero sobre la función esencial, la irremplazable contribución de la mujer a la vida y hacer que la vida valga la pena vivirla”3.

En 1980 la hermana Smith dijo: “Me he dado cuenta mejor de la gran importancia que tiene la Sociedad de Socorro. Antes pensaba que la Sociedad de Socorro era un don de Dios para las mujeres de la Iglesia, pero ahora estoy convencida de que es un don del Señor para todas Sus hijas, dondequiera que estén, y que si las mujeres de la Iglesia aprenden y llevan a la práctica los principios del Evangelio, ejercerán una gran influencia positiva sobre las mujeres de todo el mundo4.

Infancia

Barbara nació el 26 de enero de 1922 en Salt Lake City, Utah, y fue la tercera de los seis hijos de Dan Delos y Dorothy Mills Bradshaw. A los padres de Barbara se les conocía por animar a sus hijos a dar lo mejor de sí mismos; Barbara fue una niña obediente a la que le gustaba ponerse metas y alcanzarlas.

Matrimonio y familia

Barbara conoció al que sería su esposo, Douglas Hill Smith, mientras estaba en la escuela secundaria. Después de salir juntos dos años, se casaron el 16 de junio de 1941 en el Templo de Salt Lake y tuvieron siete hijos. Aunque la hermana Smith y su esposo estaban muy ocupados con la Iglesia, su negocio y las responsabilidades en la comunidad, sus hijos no recuerdan que su madre estuviera ausente con frecuencia. Recuerdan que estaba en casa, enseñándoles, animándoles y encargándoles responsabilidades que les hacían parecer importantes a los ojos de ella5. La hermana Smith falleció el 13 de septiembre de 2010.

Puntos destacados de su servicio

Durante la administración de la hermana Smith, el número de miembros de la Iglesia creció de menos de un millón con 17 idiomas a 1,6 millones de miembros con 80 idiomas6. Después de su relevo siguió sirviendo en la Iglesia ya que su esposo fue llamado a servir como miembro del Primer Quórum de los Setenta y nombrado presidente de área en Asia. Barbara trabajó intensamente en historia familiar y fue autora de cuatro libros.