Louise Yates Robison

1 May 2019

Séptima Presidenta General
de la Sociedad de Socorro

1928–1939

Louise Yates Robison, séptima Presidenta General de la Sociedad de Socorro, pensó que se había cometido un error cuando fue llamada como tal. No había conocido ni las riquezas materiales ni contaba con una formación académica; además, era tímida y evitaba llamar la atención.

“Cuando mamá fue a la oficina del presidente Grant para ser apartada, estaba segura de que le habían informado mal sobre las habilidades de ella, así que le dijo que le complacería dar lo mejor de sí misma y hacer lo que él le pidiera, pero quería que supiera que ella tenía poca educación, muy poco dinero y baja posición social, y que temía no ser el ejemplo que las mujeres de la Sociedad de Socorro esperaban de una líder. Concluyó diciendo: ‘¡Soy tan sólo una mujer humilde!’. El presidente Grant le contestó: ‘Hermana Louise, el 85% de las mujeres de nuestra Iglesia son humildes. La estamos llamando para ser su líder’”1.

A juzgar por los resultados, Louise era exactamente lo que necesitaban las mujeres de la Iglesia. Con el inicio de la Gran Depresión entendió las necesidades de las hermanas que estaban en apuros y tuvo una gran compasión y sabiduría para compartir con ellas. “Pasó mucho tiempo centrada en las hermanas que carecían de educación académica y posesiones materiales, dado que se sentía en circunstancias similares a las de ellas”2. “La hermana Robison hizo hincapié en los servicios compasivos voluntarios”, según Belle Spafford, novena Presidenta General de la Sociedad de Socorro. “‘Ve donde se te necesite; haz lo que puedas’. Ése era su lema”3.

“Si sólo hacemos nuestro trabajo a medias”, dijo Louise, “no tendremos ningún placer; si lo hacemos por nuestro sentido del deber, no tendremos ningún gozo; pero si sentimos que somos una rama de esta viña, que nuestro Padre Celestial nos ha considerado dignas de ser miembros de esa rama y que podemos llevar a cabo esta obra cuando se tenga que hacer, entonces tendremos gozo”4.

Infancia

Sarah Louisa Yates, conocida después como Louise, nació el 27 de mayo de 1866 en Scipio, Utah, donde sus padres, Thomas y Elizabeth Francis Yates, habían sido llamados para colonizar Round Valley en el condado de Millard. Fue la segunda de cinco hijos. Al vivir en condiciones de pioneros, Louise aprendió a trabajar con lana, a tejer y a hacer sombreros de paja trenzada.5.

Formación académica y matrimonio

Cuando Louise tenía catorce años, ella y su hermana asistieron por un año a la Academia Brigham Young en Provo, Utah. Después Louise estudió un curso de modista durante seis meses, el cual le sirvió de mucho dado que más adelante dirigió el Departamento de Ropa para el Templo y para Sepultura. Su formación académica se vio interrumpida cuando conoció a Joseph Robison, un misionero que había terminado su misión recientemente. Se casaron el 11 de octubre de 1883 y tuvieron seis hijos. Después de haber criado a sus hijos, Louise se inscribió en clases universitarias a distancia para compensar su falta de formación académica. Durante años se levantó a las 4 de la mañana para poder estudiar durante dos horas antes de empezar su jornada diaria6. Falleció el 30 de marzo de 1946.

Puntos destacados en la Sociedad de Socorro

Dado que entendía la importancia de ayudar a las madres a permanecer en su hogar, la hermana Robison abrió en 1937 la tienda Mormon Handicraft Shop en Salt Lake City, Utah, para que las hermanas tuvieran la oportunidad de vender sus artesanías. Fue la primera presidenta general en visitar las sociedades de socorro de Europa. Los coros de la Sociedad de Socorro llegaron a conocerse como “Singing Mothers” [Madres cantoras], nombre tomado de la cita preferida de Louise: “Una madre que canta hace a su hogar feliz”7. Inició la creación del primer monumento a la Sociedad de Socorro en Nauvoo, Illinois. La Sociedad de Socorro adoptó el dorado y el azul como sus colores oficiales. Como reflejo de su sentido de aquello que era más importante, Louise dijo: “Aunque nuestros registros están bien llevados, no existe poder humano capaz de expresar las obras de amorosa bondad de nuestros miembros de la Sociedad de Socorro”8.