Howard William Hunter nació el 14 de noviembre de 1907, en Boise, Idaho; fue el primer hijo de John William Hunter y Nellie Marie Rasmussen. A pesar de que su padre no era miembro de la Iglesia en ese momento (no se bautizó hasta que Howard tuvo 19 años), la madre de Howard prestó servicio en la Primaria y le enseñó a amar al Salvador y a la Iglesia.
Cuando Howard tenía 12 años, él y su hermana menor, Dorothy, convencieron a su padre para que les permitiera bautizarse. Poco después Howard fue ordenado diácono y cumplió con la responsabilidad de encender el fuego para calentar la capilla cuando hacía frío los domingos por la mañana temprano.
Howard conoció a Claire Jeffs en un baile de la Iglesia en la zona de Los Ángeles en 1928. Se casaron en el Templo de Salt Lake el 10 de junio de 1931 y regresaron al sur de California, donde criaron a su familia y vivieron durante casi 30 años.
En 1939, después de cuatro años de arduo trabajo y sacrificio, Howard se graduó de abogado en la Escuela de Derecho Southwestern. Acto seguido se estableció como abogado de éxito. Durante su estancia en el sur de California, Howard también sirvió como obispo del Barrio El Sereno y posteriormente fue llamado presidente de la Estaca Pasadena.
Antes de la conclusión del Templo de Los Ángeles, California, Howard y Claire viajaron a Mesa, Arizona, para hacer la obra en el templo. Durante una visita en 1953, los padres de Howard le dieron una sorpresa de cumpleaños al entrar en la capilla de espera vestidos de blanco. Su padre recibió su investidura y se selló a su esposa. Después, Howard se selló a sus padres.
El 9 de octubre de 1959, el Presidente David O. McKay llamó a Howard W. Hunter para ser apóstol. Fue sostenido al día siguiente en la conferencia general y ordenado el 15 de octubre. Tenía 51 años en el momento de su llamamiento y sirvió 35 años como miembro del Cuórum de los Doce.
Durante su servicio como apóstol, el élder Hunter cumplió una amplia variedad de asignaciones, que incluían: la de Presidente de la Sociedad Genealógica de Utah, Historiador de la Iglesia y Presidente del Centro Cultural Polinesio. También desempeñó una función clave para el establecimiento del Centro BYU de Jerusalén.
Howard W. Hunter sirvió como Presidente del Cuórum de los Doce Apóstoles desde 1988 hasta la muerte del presidente Ezra Taft Benson el 30 de mayo de 1994. El 5 de junio fue apartado como Presidente de la Iglesia. En una conferencia de prensa al día siguiente, él dijo: “He derramado muchas lágrimas y me he dirigido a mi Padre Celestial en ferviente oración rogándole poder desempeñar el santo llamamiento que se me ha otorgado”.
El presidente Hunter sirvió solamente diez meses como Presidente de la Iglesia. Durante ese breve ministerio, hizo hincapié en la adoración en el templo, organizó la estaca número 2 000 de la Iglesia y enseñó la importancia de llevar una vida cristiana por medio de la palabra y el ejemplo. “Los miembros de la Iglesia de todo el mundo se han sentido unidos a él de una manera especial”, dijo el presidente James E. Faust.
Consulte una cronología de acontecimientos de la vida del presidente Howard W. Hunter.
“Les ruego que recuerden lo siguiente: Si nuestra vida y nuestra fe se centran en Jesucristo y en Su Evangelio restaurado, nada podrá ir permanentemente mal. Por otro lado, si nuestra vida no está centrada en el Salvador ni en Sus enseñanzas, ningún otro éxito podrá estar permanentemente bien”.
“La sociedad actual ahora empieza a preocuparse y a darse cuenta de que la desintegración de la familia trae al mundo las calamidades que previeron los profetas. Los concilios y las deliberaciones del mundo solo triunfarán cuando definan a la familia como la ha establecido el Señor. ‘Si Jehová no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican’ (Salmos 127:1)”.
“A los que hayan pecado o se sientan ofendidos, les pedimos que vuelvan. La senda del arrepentimiento, a pesar de que a veces es difícil, nos eleva en forma continua y nos lleva a alcanzar un completo perdón”.
“Invito a los Santos de los Últimos Días a considerar el templo el gran símbolo de su condición de miembros. Lo que deseo de todo corazón es que todos los miembros de la Iglesia sean dignos de entrar en el templo. Complacería mucho al Señor que todo miembro adulto fuera digno de recibir una recomendación para el templo y obtuviera una… “Caractericémonos, los miembros de la Iglesia, por ir constantemente al templo; vayamos al templo con la frecuencia que las circunstancias personales lo permitan. Tengan a la vista en su casa una lámina de uno de los templos para que los hijos la vean. Enséñenles en cuanto a los propósitos de la Casa del Señor. Anímenlos a hacer planes, desde niños, para ir allí y para mantenerse dignos de esa bendición”.
Otras lecturas
Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Howard W. Hunter , 2015.
“Howard W. Hunter: Decimocuarto presidente de la Iglesia”, Presidentes de la Iglesia, Manual del alumno, 2003, págs. 245–266.
Howard W. Hunter, “Preciosas y grandísimas promesas”, Liahona, enero de 1995, págs. 7–9.
Howard W. Hunter, “¿Qué clase de hombres habéis de ser?” Liahona, julio de 1994, págs. 72–73.